Campomanes en su morada eterna

Madrid otra Mirada, la actividad organizada por el Ayuntamiento de Madrid en la que participó nuestra sociedad ha sido un éxito total. Hemos tenido la oportunidad de conocer más en profundidad la figura de Pedro Rodríguez de Campomanes. Vinculado a la creación de las Sociedades Económicas y especialmente a esta, la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País.

La Doctora Elisa Martín-Valdepeñas Yagüe nos ilustró sobre la figura de Campomanes en una interesante disertación fruto de sus años de investigación y conocimiento sobre el que fuera Ministro de Carlos III. Durante su exposición, Dña. Elisa nos indicó que no había encontrado documento gráfico sobre la sepultura de Campomanes. Sabemos, tal y como nos explicó que a su fallecimiento en febrero de 1802 fue enterrado en la iglesia de San Salvador. Hay que tener en cuenta que cuando Campomanes falleció, todavía no existía ningún cementerio en Madrid puesto que las personas (pudientes) se enterraban dentro de las iglesias. En 1843 se derribó la iglesia de San Salvador, donde por cierto, también descansaba Pedro Calderón de la Barca. Así que los restos del ilustre ministro se trasladaron al cementerio Sacramental de San Isidro, concretamente al patio de San Andrés. Se trata del segundo patio histórico de este cementerio que hasta hace muy poco tiempo permanecía cerrado por su mal estado de conservación. Fue la primera ampliación que se realizó del cementerio cuyo primer patio, el de San Pedro es el que están procediendo a restaurar actualmente. De los tres patios históricos primigenios, actualmente se pueden visitar dos: San Andrés y San Isidro. La razón por la cual nuestra ponente no pudo localizar ninguna fotografía es por lo tanto una razón de peso: el patio era inaccesible para el público.

Aquí os mostramos el nicho donde descansa Campomanes en el patio de San Andrés y como curiosidad, ved que no está enterrado en sepultura ni en panteón, sino en un humilde nicho. Cabe destacar que en inicio, los cementerios únicamente tenían nichos y fosas comunes. Los más célebres se enterraban en nichos, siendo los más altos los más importantes en el momento puesto que, al creer en la resurrección del cuerpo, era el lugar más cercano a Dios y donde mejor se protegerían los restos mortales de los bichos que transitan por la tierra. Descanse en paz Campomanes y vaya el recuerdo de La Matritense a través de esa rosa roja depositada en su nicho.