La gran obra de Cervantes: «Don Quijote de la Mancha», marcó un punto de inflexión en la Literatura Universal.
En ella, se manifiestan una serie de emociones y vivencias donde la Antropología en sus facetas humanitarias, psiquiátricas, psicológicas, biológicas y metafísicas, ponen de manifiesto un altruismo y cientificismo emblemático que ha impactado en la historia de la humanidad.
Tan es así, que intelectuales de la «Generación del 98» y del «27» con Ortega a la cabeza en su primera obra de 1914 «Meditaciones del Quijote» nos comentan, como aquel «Hidalgo Manchego»: «Alonso Quijano el Bueno», se matamorfosea, sufre un trastorno mental, cambia de identidad y se convierte en: «Don Quijote de la Mancha» y es precisamente en el cambio de identidad y junto a su escudero Sancho cuando en sus múltiples aventuras se impregna de un: «Idealismo Caballeresco» donde la «Razón», la «Justicia» y la «Libertad» como grandes valores humanos son un ejemplo a seguir.
En definitiva, los matices antropológicos de la gran obra de Cervantes que los «Cervantistas» del «98» y del «27» han calificado como «Quljotismo ha sido un auténtico impacto en la «Literatura Universal», en la «Historia de la Humanidad».