El legado cultural de Fina de Calderón, en La Matritense

 
 

 

 

La Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País ha tenido el honor de celebrar un homenaje a Doña Fina de Calderón. Mujer ligada a la poesía, defensora del verso, escritora, compositora, amiga de sus amigos y gran Dama de las Letras españolas cuyo legado literario tenemos el privilegio de salvaguardar desde hoy en nuestra maravillosa biblioteca. 
 
Hablar de Fina es hablar de la poesía, de la creatividad, del vínculo con la rima y sensibilidad de la escritura. Es hablar de una mujer admirada y admirable, de una auténtica defensora de nuestro país y partidaria siempre de la concordia, del diálogo y del entendimiento. Marquesa de Mozobamba del Pozo por su matrimonio con Fernando Gutiérrez de Calderón, conoció a lo largo de su vida a buena parte de la intelectualidad de la época.
 
Fue quien ideó «Los Miércoles de la Poesía», institucionalizados por el entonces alcalde D. Enrique Tierno Galván. Fina le pidió en 1984 crear un día dedicado a los versos. Y no cualquier día, los miércoles, cuando mayoritariamente era día de partido en televisión y en los estadios. 
 
A Fina le gustaban mucho los poetas de la Generación del 27, en especial Federico García Lorca del que fue amiga personal y Rafael Alberti, pero fue una estudiosa y entendida en el género completo de la poesía.
Cultivó también un especial talento para la música llegando a componer multitud de temas incluso a nivel internacional para artista como Edith Piaf o Maurice Chevalier fuera de nuestras fronteras o Víctor Manuel en España.
 
Sobre ella, escribió Juan Manuel de Prada después de su fallecimiento «“Tenía sus ramalazos de afrancesada hasta el tuétano y sus ráfagas de castiza impenitente, tenía sus achaques de viejita que oculta coquetamente su edad y sus exultaciones de muchacha apenas núbil; y siempre, siempre, siempre era una criatura de una generosidad desbordante, codiciosa de exprimir las delicias del arte y la vida y de regalarlas jubilosamente al primero que se tropezara en su camino. Así era Fina de Calderón, la mujer más espléndida, sensible, simpática y ávida de belleza que jamás me haya tropezado; y también la más dotada y derrochona de talentos. Se nos ha muerto como un pajarillo, nonagenaria y recién nacida (…). Fina ya habrá organizado su salón literario en el cielo.”
 
En la tierra, mantenemos vivo su recuerdo y por supuesto, desde La Matritense, daremos vida a su legado. Gracias por tanto, Fina. 
La Matritense
Socorre Enseñando