«No es verdad, ángel de amor…»
El Don Juan de José Zorrilla es una de las obras teatrales más representadas estos días en las ciudades españolas. Un drama donde se dan cita los vivos y los muertos y cuya acción transcurre, en parte, en un cementerio. Su vinculación con la fecha de Todos los Santos (día 1 de noviembre) y de Todos los Difuntos (día 2 de noviembre) es muy clara. Existen multitud de versiones de la historia de este truhán mujeriego que tiene mejor o peor suerte al finalizar sus dias, si bien la de Zorrilla es junto con el Burlador de Sevilla de Tirso de Molina y el Don Juan de Molière el más conocido del ámbito literario.
Precisamente el origen del mito se sitúa por parte de la mayoría de entendidos en la obra de Tirso de Molina (datada en la primera mitad del siglo XVII) si bien hay quien ha querido econtrarlo en el renacimiento italiano. Mayoritariamente, la figura de Don Juan conquistador, truhán, arrogante y chulesco es español.
También hay algunos estudiosos que defienden que este personaje arquetípico ya estaría presente de manera incipiente en otras obras. Su influencia ha sido tal que incluso ha inspirado obras en otras disciplinas como la ópera Don Giovanni. Lorenzo da Ponte la creo en 1787 y fue nada menos que Mozart quien compuso la música que acompaña a la historia. En esta ópera el carácter religioso de la obra se difumina para dar más foco al seductor.